Explicación desde la ciencia sobre las dietas para adelgazar

En los tiempos actuales se han puesto de moda un sinfín de dietas para adelgazar o de planes de alimentación que se han diseñado específicamente para que las personas puedan cumplir con sus objetivos a nivel nutricional. Un muy buen ejemplo de lo anterior por sus resultados positivos es comprar productos Herbalife, aunque claro, también hay más opciones.

Ahora bien, más allá de lo anterior, lo que se busca abordar en este artículo, es reconocer lo que dice la ciencia sobre este tipo de dietas, ya que no siempre existe la suficiente claridad para las personas respecto a las consecuencias de estos planes de alimentación.

Finalmente, investigar sobre estos asuntos también es una muy buena oportunidad para dejar a un lado mitos que existen en torno a las dietas para adelgazar. Por este motivo, se hace énfasis en lo que opina la ciencia sobre la efectividad de este método. Asimismo, se recuerda que siempre es necesario acudir con un experto en nutrición para empezar con un régimen alimentario.

Explicación de las dietas para adelgazar desde la ciencia

Si se piensa en una recopilación y en un análisis de un experto en el campo sobre lo que sucede a grandes rasgos con las dietas para adelgazar que se comparten en el mundo, a continuación, se comparten los principios básicos de nutrición que se sustentan con investigaciones científicas.

Prescindir de carbohidratos refinados

Se trata de limitar y disminuir el consumo de carbohidratos que hacen parte de los alimentos altamente procesados y refinados. Algunos de los ejemplos anteriores son el pan blanco, pasta, patatas fritas, azúcar o dulces.

Cuando se da un uso habitual de los anteriores carbohidratos lo único que se consigue es incrementar el nivel de azúcar en la sangre, lo cual implica que el páncreas trabaje en exceso, sin olvidar otras complicaciones que afectan el peso y la salud.

Incorporar frutas y hortalizas

Existen ciertos hidratos de carbono que van a ser muy positivo dentro de un plan de alimentación, ya que le ofrecen al organismo una variedad considerable de fibra, nutrientes y vitaminas. Por lo anterior, la recomendación es incorporar en cada comida al menos una ración de frutas, hortalizas o frutos secos.

Equilibrar las proteínas

Es necesario que la persona encuentre un equilibrio en el consumo de proteínas para cada una de sus comidas, porque es un método que ayuda a sentirse saciado. La sugerencia es ingerir todos los días 1 g de proteínas por cada kilogramo de peso corporal como mínimo.

Más grasas saludables

Es importante aumentar el consumo de alimentos con ácidos grasos omega 3, resaltando que aquí se pueden incluir los pescados, nueces, mariscos, entre otros. Asimismo, es válido agregar aceites vegetales al plan de alimentación como el caso del de oliva.

La dieta no es un castigo alimenticio

Es difícil de asimilar para una buena cantidad de personas, pero lo cierto, es que en la medida en que se elaboren menos variados y cuantiosos, en los que además se apueste por un equilibrio sano de proteínas, grasas y carbohidratos, se va a conseguir es disfrutar de cada una de las comidas. De este modo, la dieta no va a ser considerada como un castigo, sino que se va a concebir como parte de un estilo de vida saludable.

La ciencia y las dietas para adelgazar: La fibra es clave

Además de lo que se ha mencionado en los párrafos anteriores, otras investigaciones se han encargado de destacar que la fibra es imprescindible en los planes de alimentación que se quieran implementar. Cuando una dieta es baja en fibra, esto puede derivar en enfermedades cardiovasculares, estreñimiento, diabetes y cáncer de colon.

En ese orden de ideas, la fibra juega un papel fundamental al momento de trabajar sobre el metabolismo, en particular durante la absorción de los nutrientes. Asimismo, facilita que el estómago puede incrementar la viscosidad y que se retrase el vaciado gástrico.

La ciencia sobre las dietas para adelgazar: El rol del sueño

Otro estudio relevante sobre este tema ha determinado que las personas que no descansan lo adecuado en el día presentan mayores posibilidades de sufrir de sobrepeso, resaltando que la relación es muy clara entre la obesidad y la carencia de sueño.

Si se quiere cumplir con el anterior requisito, es entonces necesario que la persona duerma entre siete a ocho horas en el día para que se pueda favorecer la salud y el metabolismo. En cuanto a la explicación, se da porque al no descansar correctamente, el cuerpo no segrega una serie de hormonas con las que se disminuye la síntesis de proteínas.

Finalmente, un descanso de baja calidad también tiene implicaciones para la salud mental que acarrean a la postre dificultades para sostener un plan de alimentación equilibrado y saludable, bien sea por estrés, ansiedad, entre otros.